El Archivo Biocultural Vivo es un dispositivo de museología expandidaiLa museología crítica estudia el museo como un espacio de conflicto, de tensiones y de cruce de culturas. Plantea el museo no como un dispositivo comunicador y neutro, sino como una esfera pública, donde los significados social, los valores sobre qué es cultura y patrimonio, identidad, ciudadanía y otras nociones son puestas en discusión y cuestionamiento., colectivo y comunitario que conecta historias, recetas, semillas, técnicas, experiencias, conocimientos y saberes locales de los habitantes de Loma Bonita, Chiapas; Santo Domingo Tomaltepec, Oaxaca; y Xochimilco, Ciudad de México.

El Archivo es una práctica a la vez situada y nómada que vive en la parcela, el solar, y la chinampa —en sus frutos y semillas, pero también en la memoria y las voces de sus habitantes. Es biológico y cultural porque refleja siglos de interacciones entre naturaleza y cultura, interacciones que cambian a medida que se transforma el paisaje y las sociedades. Un portal para escuchar y dispersar la bioculturaliEl patrimonio biocultural es el conocimiento y prácticas ecológicas locales, la riqueza biológica asociada (ecosistemas, especies y diversidad genética), la formación de rasgos de paisaje y paisajes culturales, así como la herencia, memoria y prácticas vivas de los ambientes manejados o construidos; un puente transdisciplinarioiLa Transdisciplina es una forma de organización de los conocimientos que trascienden las disciplinas de una forma radical entre los conocimientos locales y los conocimientos académicos (científicos y artísticos) para entretejer visiones y explorar nuevos horizontes que permitan actuar de maneras distintas en el presente y enunciar futuros posibles. 

Su propósito es reconocer, resignificar y resguardar la memoria simbólica, cognitiva y natural. Y ser una herramienta para contrastar la memoria biocultural con las lógicas dominantes de producción de alimentos regidas por la maximización de beneficios económicos.

Proceso y co-construcción

A partir del trabajo en cada territorio, el proyecto generó un archivo de semillas, recetas, prácticas, relatos, y paisajes sonoros. Los archivos se conciben como una museología errante y orgánica: una herramienta de investigación participativaiMétodo de investigación y aprendizaje colectivo de la realidad, basado en un análisis crítico con la participación activa de los grupos implicados, que se orienta a estimular la práctica transformadora y el cambio social., dispositivosiEl amplio conjunto de elementos tanto materiales como de producción, que hacen posible la existencia de una obra y su encuentro con el espectador. para el intercambio de saberes y la creación de redes; también lugares para la memoria y su preservación; una ventana para reconocer la diversidad cultural, los principios de reciprocidad y trueque.

Con este ejercicio, buscamos generar procesos participativos principalmente desde tres disciplinas: el arte socialiEs el deseo de experimentar juntos a través de un lenguaje artístico común para la consecución de un objetivo compartido. Un conjunto de prácticas artísticas que toman como punto de partida teórico y práctico las relaciones humanas y su contexto socio-ambiental, más que un espacio autónomo y privado., la museología crítica y el diseño de sitio específico. Reforzando vínculos comunitarios desde un enfoque reflexivo, performativo y situado. Al conectar diferentes historias sobre las semillas en un archivo de mapas, semillas, audios, documentos y fotografías, es posible visualizar una gran variedad de conexiones entre los alimentos, su preparación, la biodiversidad y el territorio.

El Archivo Biocultural Vivo ha transitado por distintos espacios públicos para invitar a donar e intercambiar semillas que se cultivan y resguardan en las casas o en las parcelas. Este proceso se acompaña por un registro sonoro, donde se menciona el origen de las semillas, sus cuidados, y su preparación. Se co-crea así un espacio para explorar la memoria colectiva y fomentar la preservación de la diversidad cultural, a través de prácticas comunitarias resilientes y socio-ecológicas.

Para dar forma a los tres dispositivos o arquitecturas itinerantes que transportan los archivos, se observaron las formas de movilidad comunes a los espacios públicos de los tres lugares; sus lugares de tránsito y encuentro. E inspirados por los triciclos callejeros de comida, cuya función es proveer momentos de encuentro temporales y espontáneos, se co-diseñaron y co-construyeron  los dispositivos con artesanos, carpinteros y balconeros de las comunidades.

El Archivo móvil se activa por una serie de acciones que parten a través de sus contenidos y ejes temáticos/históricos/biológicos. Cocinar en espacios públicos una serie de recetas nuevas y olvidadas, recorrer los territorios identificando especies comestibles silvestres, intercambiar conocimientos sobre la fertilidad de los suelos, activar junto con artistas invitados una serie de talleres, mapear estrategias comunes de resiliencia, escuchar las historias del archivo a través de “puntos de escucha” en las tienditas, entre otras.

En este proceso hemos generado mapas participativos con la ubicación de las semillas, un recurso para poder identificar los espacios y a las personas guardianes de las semillas. Estos mapas  promueven el archivo más allá de su transitar por el espacio público de forma temporal, y nos ayudan a visualizar su expansión en las parcelas, en los solares y en las casas de los territorios.

Un momento clave en este proceso ha sido la siembra de las semillas, pues esto es lo que los mantiene vivos y activos.  En el caso de Loma Bonita, varias de las semillas se sembraron dentro de una parcela experimental comunitaria frente al río Lacantún, donde se ha sembrado poco a poco un muestrario de la diversidad local a forma de un bosque comestible. En Santo Domingo Tomaltepec hay quienes resguardan las semillas en casa mientras se gestiona un espacio común en el que se puedan sembrar. En Xochimilco se comenzó a “des-archivar” las semillas para sembrarlas en una chinampa en Ayécatl, espacio común de experimentación e innovación que se encuentra en la frontera entre la mancha rural y la zona lacustre agrícola.

El archivo móvil por las calles de Santo Domingo Tomaltepec, Oaxaca, 2021. Foto por Rubén Garay
Activaciones en espacio público en Santo Domingo Tomaltepec durante la muestra comunitaria, 2022. Foto por Rubén Garay
Cocina móvil en la plaza de San Gregorio Atlapulco, Xochimilco, 2021. Foto por Rubén Garay
Ruta sonora, exhibición de archivo de historias en audio en las tienditas de Santo Domingo Tomaltepec, 2021. Foto por Tess Plein
Mapeo de estrategias comunes de resiliencia en Loma Bonita, 2021. Foto por Rubén Garay
Mapeando Semillas en Loma Bonita, Chiapas, 2021. Foto por Rubén Garay
Siembra de semillas en chapín, Chinampa Ayécatl, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay

Muestra en Galería Luis Nishizawa

Durante el año 2022, el proyecto se vinculó con la galería Luis Nishizawa de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM,  con el propósito de compartir los alcances de la co-creación y las formas archivísticas que se pueden adoptar  para vincular el hacer, con el investigar y el transformar a través de procesos transdisciplinarios mediados por prácticas creativas.  Todo esto lo pasaría al final de la cita de Gaby para conectar con el otro punto.

Partiendo de la museología crítica, se realizó una muestra en la galería Nishizawa de la Facultad de Artes y Diseño durante los meses de marzo y abril del 2022, con la intención de socializar y comunicar los procesos que se activaron con los Archivos Bioculturales Vivos como dispositivos de investigación que implica procesos participativos que generan negociaciones y acciones comunes, como conector de historias y experiencias nuevas con las semillas y la memoria biocultural en contextos específicos. Durante la muestra la práctica de des-archivar los objetos, las imágenes, los audios, las historias y las semillas para expandirse en los espacios públicos tanto de Xochimilco, Sto. Domingo Tomaltepec y Loma Bonita, fungió como acto simbólico para que las personas de las comunidades sean parte activa de los Archivos, transmitiendo sus saberes bioculturales, apropiándose de las narrativas que se construyeron colectivamente y fortaleciendo sus relaciones afectivas. Sobre estas muestras compartiremos información más adelante.

Sembrando las semillas en la inauguración, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay
Muestra de procesos del Archivo Biocultural Vivo en Galería Nishizawa, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay
Radio Bocina en el patio de la Galería Nishizawa, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay
Laboratorio para construir una portada tradicional de Acalli, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay
Mesa Laboratorio sobre Memoria Biocultural, Xochimilco, 2022. Foto Rubén Garay
Mesa redonda en Galería Nishizawa, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay
Acción de dispersión de las semillas por las calles del centro de Xochimilco en colaboración con bicitaxis, Xochimilco, 2022. Foto por Rubén Garay